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El síndrome de Asperger es uno de los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) y está considerado un Trastorno de Espectro Autista (TEA). Fue descrito por Hans Asperger en 1944, al identificar un patrón de comportamiento y habilidades muy específicas, predominante en niños varones. Lo denominó “psicopatía autista”.
Se identificaron tres grandes áreas afectadas, las cuales dieron lugar a la denominada Triada de Wing, siendo estas áreas:
1) competencia de relación social
2) comunicación
3) inflexibilidad mental y comportamental.
Esta triada es considerada un denominador común dentro del autismo, situándose el Síndrome de Asperger, en el nivel de mejor funcionamiento y pronóstico dentro de los TEA.
La etiología del autismo sigue siendo desconocida. Los estudios de neuroimagen aportan indicadores pendientes de evaluación y confirmación. Nos movemos en el ámbito de las hipótesis y faltan estudios más concluyentes. Los estudios genéticos se están centrando en valorar la heterogeneidad ya que los estudios de gen único no explican.
Los infantes que padecen este trastorno del desarrollo suelen tener diversas características clínicas, entre ellos se encuentran sus puntos fuertes. Que son:
El diagnóstico del síndrome de Asperger debe basarse en la historia clínica y en la observación de la sintomatología. No existe ninguna prueba ni cuestionario específico. Tampoco existe ninguna exploración complementaria o prueba de laboratorio que pueda ser concluyente para el diagnóstico. Actualmente se dispone de cuestionarios bien validados que son útiles para recoger y cuantificar la sintomatología. Nunca deben utilizarse para basar en ellos un diagnóstico.
ALTERACIÓN CUALITATIVA DE LA INTERACCIÓN SOCIAL, manifestada al menos por dos de los siguientes:
PATRONES DE COMPORTAMIENTO, INTERESES Y ACTIVIDAD RESTRICTIVOS, REPETITIVOS Y ESTEREOTIPADOS, manifestados al menos por uno de los siguientes:
DETERIORO SIGNIFICATIVO DE LA ACTIVIDAD SOCIAL, LABORAL Y OTRAS ÁREAS IMPORTANTES DE LA ACTIVIDAD DEL INDIVIDUO.
Como debería ocurrir en el tratamiento de los trastornos psiquiátricos del niño y del adolescente, no puede haber tratamiento sin una comprensión psicológica del trastorno. Más allá de la conducta manifiesta, de unos resultados académicos, y de un relato por parte de la familia y los profesores, el profesional debe ser capaz de captar el peculiar modo que el niño tiene de ver y sentir el mundo.
Debe focalizarse en las competencias, intereses, preferencias y proyectos de la persona con síndrome de Asperger. Aparte de la enseñanza de estrategias y habilidades sociales, debe tenerse en cuenta el fomento de la cognición social y afectivo-emocional.
Tratamiento farmacológico: estará en función de la sintomatología que pueda requerir, de forma razonada y argumentada, un psicofármaco.
En el área social; adquisición de habilidades sociales se realiza durante el desarrollo de cualquier niño de manera innata mediante la observación, el modelado. Con el ámbito educativo, es importante proteger al máximo al niño ante posibles burlas, también puede ser interesante en algunos casos educar al resto de compañeros sobre las características que tiene el niño con SA, considerándose como una discapacidad social.
Dentro de las estrategias en el ámbito familiar, es importante fomentar la socialización del niño realizando actividades que aumenten interacciones con su entorno social y sus compañeros del colegio, vecinos o familiares de su misma edad, etc. A nivel evolutivo, generalmente hay una adquisición normal del habla, con ciertas anomalías o particularidades en el proceso.
Las principales características en el lenguaje de las personas con SA son: conversación unidireccional (principalmente en sus temas de interés), tendencia a la interpretación literal presentando grandes dificultades a la hora de interpretar metáforas, dobles sentidos o bromas. Utilizan un lenguaje muy peculiar, con excesivo formalismo, alteraciones en la prosodia (ritmo, tono y modulación) y grandes dificultades en la pragmática.
Existe la posibilidad potencial de una vida adulta más «normal», con un trabajo o profesión relacionados con sus áreas de especial interés, pudiendo ser a veces muy competentes. En muchos casos, no debe haber impedimento para los estudios superiores. Pero, en la mayoría de los casos, persistirán las sutiles diferencias en las relaciones sociales.
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