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¿Quién puede diagnosticar el tdah?

Un neuropsicólogo está calificado para diagnosticar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Los neuropsicólogos se especializan en el estudio de la relación entre el cerebro y la conducta, y tienen una comprensión profunda de cómo ciertos trastornos, como el TDAH, pueden afectar las funciones cognitivas y comportamentales.

El proceso de diagnóstico puede incluir entrevistas detalladas con el paciente y, a menudo, con los padres o cuidadores en el caso de niños, además de la realización de varias pruebas neuropsicológicas. Estas pruebas pueden evaluar una serie de áreas cognitivas como la atención, la memoria, la capacidad de planificación y organización, y otras funciones cerebrales.

Además, el neuropsicólogo puede colaborar con otros profesionales de la salud, como psiquiatras, pediatras o psicólogos escolares, para obtener una imagen completa del paciente y confirmar el diagnóstico.

Sin embargo, es importante recordar que las políticas y las competencias pueden variar según la región y el país. En algunos lugares, puede requerirse una evaluación adicional por parte de un psiquiatra o pediatra para confirmar el diagnóstico de TDAH. Por lo tanto, siempre es una buena idea verificar con los profesionales de la salud en tu área o con tu proveedor de atención médica.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es una alteración del neurodesarrollo, cuyos síntomas principales son inatención, hiperactividad e impulsividad. El TDAH se ha asociado a un modelo de heterogeneidad fisiopatológica, en el que se encuentran afectadas, entre otras, las funciones ejecutivas, implicando significativas dificultades para responder a determinados estímulos, planificar y organizar acciones, reflexionar sobre posibles consecuencias e inhibir una respuesta automática inicial a fin de sustituirla por una más apropiada.

Generalmente los síntomas se van a presentar a edades tempranas, los criterios antiguos mencionaban que antes de los 7 años y actualmente hablamos de un rango más amplio, antes de los 12 años.

¿Qué síntomas se presentan?

Los síntomas cardinales son la inatención, la hiperactividad y la impulsividad. Sin embargo, encontramos detrás de ellos diversas dificultades en las funciones ejecutivas. Esto quiere decir, dificultad para: atender a determinados estímulos; planificar y organizar una acción; reflexionar sobre las posibles consecuencias de cada acción; inhibir la primera respuesta automática para cambiarla por otra más apropiada.

Con alteración de procesos relacionados a la motivación y la recompensa y una disfunción en las redes neuronales relacionadas a la capacidad de introspección y conciencia de sí mismo.

¿Qué factores generan el trastorno de déficit de atención?

El TDAH tiene un origen biológico y varios factores etiológicos, genéticos y ambientales contribuyen a su desarrollo. Es una confluencia de factores genéticos y ambientales. En cuanto a la heredabilidad, sabemos que la concordancia va de 70 a 90%. Si un padre tiene TDAH el riesgo en el niño aumenta entre 2 y 8 veces. Para un hermano, el riesgo aumenta entre 3 a 5 veces.

  • Factores maternos implicados

Los siguientes factores predisponen el desarrollo de TDAH:

  • Exposición intrauterina al tabaco, al alcohol o a tratamiento farmacológico (benzodiacepinas o anticonvulsivantes)
  • Prematuridad
  • Bajo peso al nacer
  • Complicaciones perinatales
  • Edad materna avanzada al momento del parto
  • Conflicto familiar severo o crónico
  • Familia numerosa
  • Antecedentes psiquiátricos en padres
  • Institucionalización
  • Infra estimulación por un largo período de tiempo
  • Clase social baja.

¿Cómo lo diagnosticamos?

Es importante mencionar que los síntomas cardinales pueden deberse a otras dificultades y a otros trastornos psiquiátricos, neurológicos, médicos e incluso dificultades sociales, por eso es fundamental realizar una historia clínica minuciosa, que nos permita identificar una coherencia de síntomas en el tiempo y que se presenten con un impacto marcado en todas las áreas de funcionamiento del niño (social, familiar, académica y ocupacional).

El TDAH puede coexistir en un 70% con otros trastornos, como los siguientes:

  • Trastorno del espectro autista
  • Problemas motores
  • Dificultades específicas del aprendizaje
  • Tics
  • Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo
  • Trastornos de conducta y oposicionistas
  • Ansiedad
  • Depresión

Manifestaciones clínicas

Es muy importante distinguir el TDAH de la inatención, hiperactividad e impulsividad esperables para la etapa evolutiva, nivel de desarrollo o coeficiente intelectual del niño.  A medida que los niños crecen, todos los síntomas suelen ir disminuyendo, especialmente los de hiperactividad.

La intensidad de los síntomas es contexto-dependiente, esto quiere decir que disminuye en situaciones muy estructuradas y organizadas o novedosas e interesante.

Entre las diferentes presentaciones del TDAH, tenemos:

  • La presentación combinada, que es la más frecuentemente diagnosticada y en la que los 3 síntomas cardinales confluyen y pueden asociarse a otros problemas externalizantes (conductuales);
  • La presentación predominantemente inatenta, que es más diagnosticada en niñas y se asocia más a otros problemas internalizantes (ansiedad, depresión);
  • La presentación predominantemente hiperactiva/impulsiva que es la menos frecuentemente diagnosticada.

Cada síntoma se compone de:

  • Inatención:

Dificultad o incapacidad para mantener la atención de manera continuada en tareas que no son altamente motivadoras; olvidos, despistes, pérdidas de objetos; dificultad para seguir órdenes o instrucciones; dificultad para terminar tareas sin supervisión; interrupción de conversaciones.

  • Hiperactividad:

Movimiento corporal continuo, cambios de postura al estar sentados, movimiento de piernas y/o de manos; hacer ruidos con el lápiz; levantarse cuando es requerido estar sentado.

  • Impulsividad:

Responder y actuar sin antes pensar, responder antes que la pregunta haya sido formulada totalmente, dificultad para entender enunciados largos.

¿Cuál es el tratamiento que se imparte en el trastorno de déficit de atención?

Todo niño o adolescente con TDAH debe tener un plan integral de tratamiento individualizado, que considere la cronicidad y el impacto de la condición e involucre medidas psicofarmacológicas y/o conductuales, para mejorar las manifestaciones centrales del TDAH (hiperactividad, inatención e impulsividad) y el deterioro funcional asociado.

Dentro del tratamiento psicológico, la terapia conductual asociada al involucramiento activo del niño o adolescente y de los profesores es la única intervención no farmacológica que se ha asociado a beneficios estadísticamente significativos.

La terapia conductual puede recomendarse como tratamiento inicial si los síntomas son leves o con mínimo deterioro, cuando el diagnóstico de TDAH es incierto, cuando hay rechazo de los padres al tratamiento farmacológico.