Si al recibir un trauma en el cráneo presenta vómitos en proyectil, crisis epilépticas, amnesia, epistaxis (sangrados por la nariz) hemotímpano (sangrado en los oídos), escurrimiento nasal de un líquido claro (Líquido cefalorraquídeo), oscurecimiento o hematomas alrededor de los ojos o los oídos es necesario acudir de inmediato a un servicio de urgencias neurológicas.
¿Que es un Traumatismo Craneoencefálico?
El traumatismo craneoencefálico o TCE puede definirse como cualquier lesión física o deterioro funcional de contenido craneal secundario a un intercambio brusco de energía mecánica que incluyen eventos deportivos, caídas y colisiones de vehículos motorizados.
¿Cómo se clasifica el traumatismo craneoencefálico?
Generalmente se clasifica como leve, moderado o grave según la escala de coma de Glasgow (GCS). Se considera que los pacientes con una GCS de 14 a 15 tienen un TCE leve, mientras que los pacientes con un GCS de 9 a 13 tienen un TCE moderado y aquellos con un GCS de 3 a 8 tienen un TBI grave.
¿Qué pasa en el cerebro tras un TCE?
La hemorragia puede ocurrir en múltiples compartimentos dentro y fuera del cerebro , incluyendo hemorragia subaracnoidea, hematoma subdural, hematoma epidural.
El TCE se puede conceptualizar como una lesión primaria que ocurre en el momento del impacto, seguida de una lesión secundaria que resulta de la alteración de la función celular normal. La lesión secundaria puede resultar de una combinación de inflamación, isquemia, apoptosis y vasoespasmo.
A nivel celular, la fuerza biomecánica de TCE da como resultado un flujo iónico no regulado (salida de potasio, entrada de sodio y calcio), lo que conduce a una liberación de glutamato sin restricciones. La liberación de glutamato sin restricciones desencadena canales iónicos activados por ligando/voltaje que dan como resultado un estado similar a una depresión de propagación cortical.
Como resultado, las neuronas luego pasan a un estado de alteración del metabolismo que puede durar hasta 7 a 10 días después de la lesión inicial y puede estar asociado con alteraciones en el flujo sanguíneo cerebral.

Mitos y verdades sobre los golpes en la cabeza
- Tras el golpe, es importantísimo que le frote con la barrita de árnica para que no le salga chichón. FALSO
La Helenalina es un compuesto que contiene la árnica (planta con flor amarilla) a la que se le presuponen efectos antiinflamatorios. Sin embargo, éstos no han sido demostrados en estudios científicos de calidad.
- Tras el golpe, no debo dejar dormir a mi hijo hasta que lo vea un médico. FALSO
Tras un golpe en la cabeza podemos quedarnos un poco atontados y con sueño, suele ir acompañado de otros signos neurológicos como amnesia del episodio y confusión.. A pesar de todo esto, no es imprescindible estar animando al niño a que no se duerma en todo momento.
- Si mi hijo vomita tras un golpe en la cabeza debo acudir al hospital. VERDADERO
Como en el caso anterior, los vómitos (sobre todo si han sido varios) pueden estar asociados a un problema mayor tras un golpe en la cabeza por lo que los niños deben ser evaluados por un neuropediatra. Éste realizará una exploración completa y tras ella decidirá que hay que hacer con el paciente (observación y/o pruebas complementarias).
- Vigilar al niño tras el golpe es lo más importante. VERDADERO
La observación durante las primeras horas tras el traumatismo es muy importante. La mayoría de los padres acuden al hospital inmediatamente tras el golpe lo que en muchas ocasiones hace necesaria observación del niño en urgencias durante unas horas para vigilar que la exploración neurológica continua siendo normal. Tras ese periodo, el paciente puede ser dado de alta con instrucciones de lo que debe hacer en domicilio durante las siguientes 24 horas.
¿Existen complicaciones o secuelas por un TCE?
Las complicaciones dependen de la gravedad de la lesión en la cabeza y pueden variar desde un deterioro cognitivo leve hasta convulsiones, déficits neurológicos a largo plazo e incluso la muerte.
También pueden ocurrir complicaciones sistémicas, particularmente en la cohorte de TCE grave secundaria a la inmovilidad, y pueden incluir neumonía, trombosis venosa profunda y embolia pulmonar, entre otras.
Si los pacientes no pueden desconectarse con éxito de un ventilador, es posible que necesiten soporte nutricional y de vía aérea temporal o a largo plazo a través de un tubo de traqueotomía y gastrostomía, respectivamente.
