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Movimientos anormales

Muchas veces descritos como espasmos o movimientos involuntarios. Pueden ser de diferentes características y diferentes síntomas pueden acompañarlos.  En el caso de crisis convulsivas y epilepsia se caracterizan por movimientos repetitivos, rápidos y bruscos que suelen acompañarse de pérdida del estado de alerta, esto ocurre en las crisis convulsivas generalizadas tónico clónicas y en las crisis motoras focales con alteración del estado de alerta.  Siendo importante diferencias de las crisis psicógenas. Existen diferentes tipos de crisis convulsivas, entre ellas están las crisis convulsivas febriles, el Síndrome de West y Lennox-Gastaut, crisis mioclónicas benignas de la infancia, epilepsia mioclónica juvenil, Síndrome de Dravet, Síndrome de Landau-Kleffner, Síndrome de Rasmussenenfermedad de Lafora, crisis neonatales benignas, la epilepsia refleja y las crisis convulsivas secundarias, muchas de estas presentándose principalmente en la infancia. Cuando la crisis convulsiva es muy prolongada puede tratarse de un estatus epiléptico, la cual ya es considerada una urgencia neurológica. También puede haber movimientos estereotipados como chupeteo, masticación o acomodarse la ropa, mejor conocidos como automatismos, estos se presentan cuando  las crisis son de tipo focales motoras. Otro tipo de movimiento anormal son las mioclonías, sacudidas rápidas de manera involuntaria, breves y bruscas. Por otro lado, en la enfermedad de Huntington estos movimientos son más amplios e irregulares. En cambio, en las distonías estos movimientos pueden ocasionar posturas anormales. Dentro de las causas infecciosas del sistema nervioso, pacientes con encefalitis pueden presentar crisis convulsivas.