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Características del síndrome de Asperger en niños

Se trata de niños que suelen fascinarse con sus áreas de especial interés centradas en temas o aspectos intelectuales específicos como las matemáticas, ciencias, literatura, historia, geografía,etc. Se trata de temas en que profundizan, conosen y toman el tema como platica en diversas situaciones. Estas áreas de especial interés pueden cambiar con el tiempo o permanecer hasta la edad adulta, pudiendo constituir la base para estudios superiores. 

La falta de socialización. El niño con síndrome de Asperger está frecuentemente inmerso en sus pensamientos o ensimismado. Pueden expresar el deseo de adaptarse socialmente y tener amigos, y se frustran ante sus dificultades sociales.

Les falta efectividad para establecer interacciones; un trastorno de la empatía, una incapacidad para leer de modo efectivo las necesidades y perspectivas de los demás o lenguaje no verbal y responder a estas de un modo apropiado.

Los niños con síndrome de Asperger tienden a malinterpretar las situaciones sociales, y los demás consideran frecuentemente sus interacciones y respuestas como extrañas o fuera de lo común.

Existen en estos pacientes diferencias en la manera de usar el lenguaje. Se sienten más seguros en las habilidades de tipo más mecánico. Su prosodia (aspectos del lenguaje hablado tales como el volumen del habla, la entonación, la inflexión, el ritmo, etc.) es con frecuencia bastante extraña.

Algunas veces, su lenguaje suena demasiado formal y pedante, no suelen usar (o usan mal) los modismos e interpretan las cosas con demasiada literalidad. La comprensión del lenguaje tiende hacia lo concreto, apareciendo problemas crecientes a medida que el lenguaje adquiere mayores niveles de abstracción.

Las habilidades de lenguaje pragmáticas o conversacionales son a menudo flojas, debido a problemas con el turno de palabra, su tendencia a referirse a sus áreas de especial interés o las dificultades en sostener el ritmo de dar y tomar de una conversación.

Algunos pacientes con síndrome de Asperger presentan dificultades con el sentido del humor, no suelen entender los chistes o se ríen a destiempo. Pero algunos pueden mostrar interés en el humor y los chistes, especialmente cuando se trata de juegos de palabras. 

Al revisar los antecedentes personales por lo que al desarrollo se refiere, se pueden encontrar pautas de desarrollo normal o incluso precoz, si bien, en algunos casos, se encuentran retrasos evidentes en su desarrollo temprano del lenguaje, retraso que se recupera rápidamente hacia un lenguaje normal cuando empiezan a ir a la escuela.

¿Qué es el síndrome de Asperger?

El síndrome de Asperger forma parte del trastorno del espectro autista (TEA) y sus principales características se basan en el nivel intelectual y la capacidad de interacción social. El síndrome de Asperger describe el grado más moderado y con más alto grado de funcionamiento dentro de los TEA. 

Se trata de un trastorno del desarrollo en el cual existen alteraciones en las conexiones y habilidades sociales, el uso del lenguaje con fines comunicativos, las características de comportamiento y de estilo relacionadas con rasgos repetitivos o perseverantes, así como una limitada pero intensa gama de intereses. 

El síndrome de Asperger supone, en definitiva, una discapacidad social de aparición temprana. Su cronicidad y permanencia exigen una comprensión y aceptación por los afectados, sus familias y el entorno más próximo. La alteración en el procesamiento de la información y de la comunicación social afecta seriamente a la capacidad de integración del individuo.

Les cuesta entender el sentido de la metáfora, tomando las frases al pie de la letra. Se trata de niños que muestran unas reducidas y absorbentes áreas de interés, no suelen tener problemas con la memoria, y muchos destacan en las áreas de matemáticas y conocimiento del medio. En situaciones de afectación leve, el niño puede parecer, simplemente, raro o excéntrico.

¿Por qué se produce el síndrome de asperger?

La etiología del autismo sigue siendo desconocida. Los estudios de neuroimagen aportan indicadores pendientes de evaluación y confirmación. Nos movemos en el ámbito de las hipótesis y faltan estudios más concluyentes. Los estudios genéticos se están centrando en valorar la heterogeneidad ya que los estudios de gen único no explican el síndrome de Asperger en el 90% de los casos.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de asperger?

Los criterios estándar de diagnóstico requieren la presencia de un deterioro en la interacción social y patrones repetitivos y estereotipados de comportamiento, actividades e intereses, sin retraso significativo en el lenguaje o el desarrollo cognitivo. 

Suele diagnosticarse a edades tempranas, entre los cuatro y los once años.​ Una evaluación completa incluye un equipo multidisciplinario,​ que observa a través de múltiples ajustes,​ e incluye la evaluación neurológica y genética, así como pruebas para la cognición, la función psicomotriz, las fortalezas y debilidades verbales y no verbales, el estilo de aprendizaje y las habilidades para la vida independiente.

¿Existe tratamiento para el síndrome de Asperger?

Como debería ocurrir en el tratamiento de los trastornos psiquiátricos del niño y del adolescente, no puede haber tratamiento sin una comprensión psicológica del trastorno. Más allá de la conducta manifiesta, de unos resultados académicos, y de un relato por parte de la familia y los profesores, el profesional debe ser capaz de captar el peculiar modo que el niño tiene de ver y sentir el mundo.

El tratamiento debe focalizarse en las competencias, intereses, preferencias y proyectos de la persona con síndrome de Asperger. Aparte de la enseñanza de estrategias y habilidades sociales, debe tenerse en cuenta el fomento de la cognición social y afectivo-emocional. La meta final debe ser conseguir el mayor nivel de autonomía y de calidad de vida. Y esto se puede conseguir desde 3 vertientes:

Tratamiento neuropsicológico: los tratamientos cognitivo-conductuales pueden facilitar el desarrollo y la integración educativa, social y laboral de estas personas.

Tratamiento farmacológico: estará en función de la sintomatología que pueda requerir, de forma razonada y argumentada, un psicofármaco. Pero no existe ningún tratamiento específico para el síndrome de Asperger. 

Tratamiento educativo: enfocado a desarrollar sus actividades e intereses desde una finalidad práctica, comprendiendo los estudios, la integración social, y la correcta orientación profesional.