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¿Por qué se considera el autismo una discapacidad?

El trastorno del espectro autista es un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente la capacidad de comunicación, aunque puede estar acompañado de otros trastornos. Se considera actualmente una discapacidad ya que una persona con autismo se enfrenta a una dificultad para adaptarse a las normas conductuales que son esperadas por la sociedad, sin embargo eso no significa que no sean capaces de sobresalir en otros ámbitos e incluso con una intervención temprana pueden aprender técnicas para mejorar su comunicación y facilitar su interacción con otras personas. 

Aunque es importante enfatizar que el autismo no es una discapacidad en el sentido tradicional de la palabra, como lo sería una discapacidad física, sino más bien una discapacidad del desarrollo.

Es importante destacar que el enfoque en la consideración del autismo como una discapacidad no debe llevar a estigmatizar a las personas con autismo. Muchas personas con autismo tienen habilidades y talentos excepcionales en áreas específicas, y su contribución a la sociedad puede ser valiosa. Además, en los últimos años ha habido un cambio en la percepción del autismo, promoviendo la aceptación y el entendimiento, en lugar de enfocarse únicamente en la discapacidad.

En resumen, el autismo se considera una discapacidad debido a los desafíos que presenta en la comunicación y la interacción social, pero es importante reconocer que cada persona con autismo es única y puede aportar de manera significativa a la sociedad.

¿Cómo se manifiesta el autismo?

Los síntomas del autismo pueden variar ampliamente de una persona a otra, ya que el autismo es un trastorno del espectro autista (TEA) que abarca un amplio rango de características y grados de severidad. A continuación, se describen algunos de los síntomas más comunes asociados con el autismo:

Dificultades en la comunicación social:

  • Dificultad para establecer y mantener conversaciones.
  • Problemas para comprender las señales sociales, como el lenguaje corporal y las expresiones faciales.
  • Dificultad para desarrollar relaciones de amistad.

Comportamientos repetitivos y patrones de interés restringidos:

  • Participación en movimientos repetitivos, como balancearse o dar vueltas.
  • Intereses intensos y específicos en temas o actividades particulares.
  • Necesidad de mantener rutinas y resistencia al cambio.

Problemas en la comunicación verbal y no verbal:

  • Retraso en el desarrollo del lenguaje o ausencia de habla.
  • Uso repetitivo del lenguaje (ecolalia).
  • Dificultad para comprender el lenguaje no verbal, como gestos y expresiones faciales.

Hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial:

  • Sensibilidad extrema a estímulos sensoriales como luces brillantes, sonidos fuertes o texturas específicas.
  • Pueden ignorar o no responder adecuadamente a estímulos sensoriales.

Dificultades en la interacción social y las relaciones:

  • Dificultad para comprender las normas sociales y los límites personales.
  • Falta de empatía o comprensión de las emociones de los demás.
  • Pueden parecer distantes o aislados socialmente.

Problemas con la flexibilidad cognitiva:

  • Resistencia al cambio en la rutina o en las actividades.
  • Dificultad para adaptarse a situaciones nuevas o inesperadas.

Es importante destacar que no todas las personas con autismo experimentan todos estos síntomas, y la gravedad de los síntomas puede variar significativamente. Además, algunas personas con autismo también tienen habilidades excepcionales en áreas específicas, como las matemáticas o la música.

El diagnóstico del autismo se realiza a través de una evaluación clínica exhaustiva por parte de profesionales de la salud, que observan el comportamiento y la interacción de la persona en diferentes contextos. La detección temprana y el acceso a intervenciones y apoyos adecuados pueden mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con autismo.

¿Qué causa el autismo?

Si bien se trata de un trastorno que es multifactorial y del cual aún faltan muchas cosas por descubrir, actualmente se han estudiado algunos factores de riesgo para el autismo: 

  • Edad avanzada de los padres
  • Trauma durante el nacimiento o desoxigenación
  • Obesidad materna 
  • Periodo corto entre los embarazos 
  • Diabetes gestacional
  • Uso de valproato durante el embarazo 
  • Genética: Se ha visto que tiene una heredabilidad del 40 al 90% 

¿Cómo se hace el diagnóstico de autismo?

El diagnóstico debe de ser realizado por un especialista en trastornos neurológicos y psiquiátricos. Los criterios diagnósticos que se utilizan son aquellos determinados en el DSM-V, un manual utilizado por médicos para el diagnóstico de enfermedades neuropsiquiátricas. Durante la evaluación se debe de tomar en cuenta las manifestaciones que los padres han detectado, observar la interacción del niño con sus padres y con el resto de las personas, por lo que en ocasiones puede requerirse más de una consulta para realizar el diagnóstico. Dependiendo de las características de cada persona pudiera llegar a ser necesario realizar algunas pruebas o solicitar estudios. 

¿El autismo tiene cura?

Aún no existe un tratamiento que pueda curar el autismo, sin embargo se han desarrollado diferentes estrategias para que las personas puedan adaptarse de una manera más sencilla a la sociedad, preservar su independencia y desarrollar su máximo potencial. 

Algunas de las intervenciones que se recomiendan en los niños con autismo es iniciar de forma temprana de terapia y rehabilitación en donde podrán aprender:

  • Técnicas de comunicación:

Tiene como objetivo enseñar a la persona a interpretar gestos faciales, lenguaje corporal, sarcasmo o chistes. Igualmente se ensaya la modulación de la voz, realizar expresiones faciales y reconocer conductas apropiadas e inapropiadas dependiendo el contexto. Se incita a los pacientes a reconocer sus emociones y comunicarlas de una forma apropiada y facilitar su gestión. 

  • Estrategias de aprendizaje:

Especialmente importante si además se cuenta con el diagnóstico de TDAH. Se buscan algunas estrategias para facilitar no sólo el aprendizaje académico sino de nuevas habilidades como tocar un instrumento o manejar un coche. Se adaptan estos métodos a las habilidades, gustos y dificultades de cada persona para facilitar un buen apego.

  • Promoción de independencia:

Se crean recursos para que la persona pueda encontrar maneras de adaptarse a las diferentes situaciones que pudieran ser desafiantes. Por ejemplo, el uso de audífonos con cancelación de sonido al acudir a lugares concurridos como el supermercado. 

El uso de medicamentos se reserva para tratar síntomas asociados cuando llegan a ser incapacitantes, como la irritabilidad o la ansiedad. 

¿El Neuropediatra o neuropsicólogo pueden tratar el autismo?

El tratamiento del autismo generalmente involucra un enfoque multidisciplinario en el que varios profesionales de la salud pueden desempeñar un papel importante. Tanto los neuropediatras como los neuropsicólogos pueden ser parte de este equipo de atención, aunque sus roles y enfoques tienden a ser diferentes.

  • Neuropediatra:

Un neuropediatra es un médico especializado en el diagnóstico y tratamiento de trastornos neurológicos en niños, lo que incluye el autismo. El neuropediatra puede ser el profesional que realice el diagnóstico inicial del autismo y evalúe si existen condiciones médicas o neurológicas adicionales que requieran tratamiento. Además, puede recetar medicamentos para abordar síntomas específicos asociados con el autismo, como la hiperactividad o la irritabilidad.

  • Neuropsicólogo:

Un neuropsicólogo es un profesional de la salud mental especializado en la evaluación y el tratamiento de problemas de salud mental relacionados con el funcionamiento cerebral. Los neuropsicólogos pueden desempeñar un papel importante en el tratamiento del autismo al evaluar las habilidades cognitivas y emocionales del individuo y diseñar estrategias de intervención basadas en sus necesidades específicas. Esto puede incluir terapia de comportamiento, terapia de juego, terapia ocupacional y otros enfoques terapéuticos que ayuden a la persona con autismo a desarrollar habilidades sociales y comunicativas.

En el tratamiento integral del autismo, también suelen estar involucrados otros profesionales, como terapeutas del habla, terapeutas ocupacionales, terapeutas del comportamiento aplicado (ABA), y educadores especializados. El objetivo es abordar las necesidades individuales de cada persona con autismo y brindar apoyo para mejorar su calidad de vida y funcionamiento en la sociedad.

Es importante destacar que la elección de los profesionales y terapias específicas dependerá de las necesidades y características de la persona con autismo, así como de las recomendaciones de los especialistas involucrados en su atención. El tratamiento suele ser personalizado y adaptado a cada situación única.

Conclusiones

Si bien el autismo se trata de una discapacidad por las barreras que crea para que la persona pueda integrarse a la sociedad, con el adecuado apoyo y asesoría temprana, las personas pueden llegar a ser lo suficientemente funcionales socialmente para llevar a cabo actividades de la vida diaria y evitar que la cuestión social represente un obstáculo para destacar en otras áreas.

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